A TI, QUE LO LEES

A TI, QUE LO LEES


"Tres minutos" es una forma de acercarse con momentos de reflexión, sin tardar más de tres minutos, para que en ese momento le dediques un espacio de tu vida a pensar en quienes no tienen espacio en su vida para vivir.

"Tres minutos" es una forma de detenerse y sensibilizarse con el dolor ajeno, con las circunstancias paralelas y las ausencias de quienes siempre soñaron en seguir acompañados.

"Tres minutos" es una voz de alerta sobre los vaivenes que conmueven y los oportunismos que maltratan, los porqués sin respuesta y los discursos sin contenido.


Juan Aranda Gámiz

jueves, 3 de agosto de 2017


¿Hay presencia en la soledad?



Dr. Juan Aranda Gámiz





La soledad tiene vida propia porque tú buscas esa vida que necesitas para caminar y ahí la encuentras, cuando cierras los ojos y sientes que en la obscuridad hay la presencia de quien necesitaba estar ahí y en ese preciso instante. 


                       



   Cuando estamos sentados en un rincón o añorando lo que se nos fue, llorando nuestra suerte, recorriendo nuestra reflexión más profunda y ensimismados en lo que nos rodea, y nada más, creemos en  el martirio de un vacío y empezamos a sentirnos solos de verdad.


     Sin embargo, siempre suena el ruido del silencio y queremos alzar nuestra voz y contestar, como si un compañero invisible hubiese venido en nuestro rescate y nos alegramos porque sentimos que somos necesarios para ese vacío, que lo creíamos sin vida.

      Pasan los minutos y la paz nos embarga porque el espacio, aparentemente muerto, nos permite pensar en nuestro proyecto de vida y surgen estrategias que cambiarán el sentido de nuestro recorrido, aparecen recuerdos que nos ayudan a cambiar nuestra visión y, sólo entonces, encontramos nuestra verdadera misión en esta vida.

     Nos apretamos a la sombra que nos da cobijo y nos emocionamos al saber que alguien nos ha escuchado, que la soledad no está muerta y hasta que nos regala algún consejo, porque en la reflexión profunda está la clave para darle sentido a nuestra vida.

     No te asustes si la soledad se presenta en tu vida, porque te va a proponer un encuentro con tu verdad, la que tenías aparcada y nunca quisiste movilizar para armarla en este momento de tu vida. Y es que en la soledad siempre habrá una presencia de quien necesitaba estar ahí, ese alguien que no esperabas pero que sí estaba esperando a que estuvieras sólo para acercarse a tu rincón de soledad.

      Sí hay presencia en la soledad, de eso estoy seguro 




 Dr. Juan Aranda Gámiz

sábado, 22 de julio de 2017

¿POR QUÉ NO TIENE ACERAS TU VIDA?

     




¿Por qué no tiene aceras tu vida?



Dr. Juan Aranda Gámiz




La vida abre y construye aceras para quien quiere reflexionar y también dispone carreteras para quien desea el riesgo y la aventura, tan precipitadas como inoportunas en una vida que tiende a ser compartida y viva.   


                       



    Somos, o al menos deberíamos considerar esta posibilidad, calles en un mundo convulso, pensando que tenemos libertad para utilizar la carretera a la velocidad que dispongamos y, por eso, tenemos accidentes y nos equivocamos con frecuencia. No nos acompañamos de la prudencia antes de tomar decisiones y chocamos por la premura que imprimimos a nuestros actos, sin darles tiempo para que sepan responder al ritmo en que se presentan los acontecimientos. Esto se refleja en las opiniones y los comentarios, las decisiones y los compromisos.

      Las prisas son una constante en nuestras vidas, sin darle oportunidad a la reflexión profunda, la que acompaña siempre a una caminata por la acera, donde disminuye el riego de tener accidentes, protegido por la calma de los pasos y pudiendo caminar en ambos sentidos, acorde a tus principios y valores, apetencias y vínculos, objetivos o necesidades, rumbo o destino.

     Al caminar podemos pensar y planificar, sentirnos acompañados y acompañar, mirar y respirar, proyectar y sentir, que es lo que necesitamos como seres humanos en libertad, porque la carretera nos obliga a temer y correr, cuidando lo que podemos perder en cualquier sobresalto.

     Mira la calle desde tu ventana y siente la necesidad de caminar, paso a paso, por la acera de tu vida, la que te dará la oportunidad de pasar debajo de las ventanas y cerca de los portones, donde la gente se asoma para saludar y compartir. Aléjate de la carretera, donde la velocidad y no el buen tino, te ponen siempre a riesgo.

      ¿Por qué no tiene aceras tu vida?





 Dr. Juan Aranda Gámiz

¿Hay presencia en la soledad? Dr. Juan Aranda Gámiz La soledad tiene vida propia porque tú buscas esa vida que necesitas par...